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Miel: Nutrición y salud

La miel es el edulcorante que la naturaleza nos ofrece y una buena alternativa al consumo de azúcar refinado. Además aporta altas propiedades energéticas y potenciales beneficios para la salud.

. ¿Cómo se produce la miel?

El proceso de elaboración de la miel comienza con la recogida del néctar de las flores o secreciones de árboles y plantas que las abejas recogen y transportan a la colmena. Allí procesan ese néctar al que añaden diferentes enzimas convirtiéndolo en miel y almacenándolo en panales que cierran herméticamente con cera, evitando que la miel absorba agua o fermente y que utilizaran para alimentar a la colonia durante el invierno.

El origen botánico de la miel, es decir el determinado por el tipo de néctar que recogen las abejas, definirá sus características tales como sabor, olor, textura, color así como su mayor o menor facilidad para cristalizar.

. Composición nutricional de la miel

La composición de la miel variará sensiblemente dependiendo de varios factores: la variedad del néctar, la temporada de recolección, las condiciones ambientales, las técnicas de procesamiento…, pero al margen de estas variaciones podemos determinar que básicamente el componente nutricional presente en mayor porcentaje son los carbohidratos. Además, en pequeñas cantidades, contiene otros componentes interesantes desde el punto de vista nutricional tales como vitaminas, proteínas, aminoácidos, enzimas, minerales y polifenoles (entre ellos flavonoides).

   En 100 g  En una ración de 20 g
 Energía  288 kcal/1.229 kJ  58 kcal/246 kJ
 Grasa (g)  0  0
 Carbohidratos (g)  76,4  15,3
 – fructosa (g)  41,8  8,4
 – glucosa (g)  34,6  6,9
 Proteína (g)  0,4  0,08
 Otros componentes
 Agua (g)  17,5  3,5

Fuente: McCance RA & Widdowson EM (2010). The composition of foods, 6th Ed. Cambridge, England: Food Standards Agency.

. Efectos sobre la salud tradicionalmente atribuidos a la miel

La miel ha sido utilizada desde tiempos remotos tanto para su uso gastronómico como terapéutico.

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Recolector de miel (entre el 9.000 A.C. y el 6.000 A.C.) Cueva de la Araña, Bicorp, Valencia

En medicina tradicional se le atribuyen, entre otras, propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antioxidantes.

Antibacterianas, antisépticas, antimicrobianas:

Su bajo contenido en agua, su pH ácido ( 3,5 aproximadamente ) y la presencia de ácidos orgánicos y enzimas inhiben el crecimiento de microorganismos y su alto contenido en azucares acaba con las bacterias mediante un proceso llamado lisis osmótica.

Tradicionalmente se ha usado en aplicación tópica en el tratamiento de pequeñas heridas y quemaduras y mejora el aspecto de la piel en procesos infecciosos como el acné.

Antiinflamatorias:

Calma el dolor, reduce la hinchazón y mejora la circulación, por lo que acelera la curación de heridas. Gracias a su viscosidad crea una barrera protectora que ayuda a prevenir infecciones.

Antioxidantes:

Sus propiedades antioxidantes parecen provenir de su contenido en ácidos fenólicos, flavonoides, carotenoides y ciertos minerales y vitaminas. Estos componentes inhiben la acción de los radicales libres sobre las células, moléculas que se relacionan con el envejecimiento y el deterioro de la salud.

Anticatarral y antitusivo:

En la medicina tradicional es un remedio muy popular para tratar los síntomas de las infecciones respiratorias y de garganta, gripes y resfriados. La miel actúa como antioxidante antiviral, antimicrobiano y antiinflamatorio. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a la miel como un tratamiento potencial contra la tos y los catarros.

Energizante:

Estamos ante una fuente de energía 100% natural. Su alto contenido en carbohidratos, en concreto en azúcares simples fructosa y glucosa, y el hecho de que se metabolice con rapidez proporciona energía inmediata a nuestro cuerpo y cerebro. Es conocido el consumo de miel por deportistas, tanto antes o durante el ejercicio para aumentar potencia y resistencia, como después como reconstituyente. Pero no solo es recomendable su consumo en estos casos, también en determinadas épocas de año en las que tendemos a sufrir astenia como primavera u otoño, para niños en etapa escolar, trabajadores que realizan esfuerzo físico, personas mayores, personas con una fuerte carga intelectual y en general cuando sentimos estrés, fatiga o agotamiento psicofísico.

. Precauciones en el consumo de miel

A pesar de las múltiples propiedades atribuidas a la miel, ésta no está exenta de contraindicaciones. El consumo de miel no es apto para lactantes y niños menores de 1 año ya que puede contener esporas de la bacteria denominada clostridium botulinum. Estas esporas podrían germinar en el sistema digestivo del bebé o del niño causando botulismo. En cuanto a alergias, como muchos otros alimentos, la miel puede provocarlas pero suelen ser poco frecuentes.

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